La chinita en el zapato del BNG

Uno de los varios errores que cometió Touriño en su nefasta campaña electoral de 2008 fue no responder a las críticas de Feijóo sobre el despilfarro del bipartito. La sociedad gallega estaba ya muy sensible a cualquier mensaje que tuviera que ver con la economía y Touriño no fue capaz de verlo. Calló, pensando que su aura presidencial estaba por encima de esas cuestiones, y los gallegos creyeron que él estaba malgastando dinero en la compra de Audis de lujo.
La situación económica general no ha variado demasiado desde entonces y el PP parece dispuesto a insistir en la economía para tratar de conseguir la Alcaldía de Pontevedra. Se vio durante el Pleno del jueves a raíz del caso Naturgalia, el absurdo error del Gobierno local de tratar de adjudicar las obras de dos proyectos ya finalizados que ha llevado al Concello al Juzgado por supuestos delitos de prevaricación y fraude y que ha puesto en la picota al concejal de facenda y Medio Ambiente, Raimundo González. El PP puede conseguir algún rédito de este proceso, que no consiste en que alguien haya metido mano en la caja, sino en una metedura de pata tremenda: el importe de la adjudicación obligaba a un concurso público que no se había realizado y la equivocación se multiplicó al tratar de subsanarlo todo por la puerta de atrás, con una mesa de contratación que ya no tenía ningún sentido porque la obra ya se había acabado.
La intención del equipo de Telmo Martín, sin embargo, no pasa por ceñir sus críticas a esta adjudicación en concreto, sino a las cuentas económicas del Concello en su conjunto. «Hacen aguas por todas partes y muchas cosas aflorarán», afirman fuentes del PP local, que destacan la labor fiscalizadora que ejerce Jacobo Moreira. Lupe Murillo habló el jueves sobre facturas en el cajón y constantes pagos a amigos por parte del Gobierno local y ese es un mensaje que el PP parece dispuesto a explotar. La crisis vuelve a los votantes más sensibles con estos asuntos y el PP lo sabe.
Otra cosa es lo que ocurra específicamente con el caso Naturgalia. El BNG duda de que le vaya a suponer un quebradero de cabeza en términos de votos. Los nacionalistas locales presumen de que sus valores son la honestidad, la austeridad y el rigor en la gestión de los bienes públicos. «Precisamente como o PP sabe que este é un valor do goberno -e unha carencia súa- ataca con este tipo de cuestións, ou con outras parecidas como a do estacionamento da praza da España, para crear dúbidas sobre a honestidade do goberno. Non creo que haxa moita xente que dubide a este respecto en relación co alcalde e o seu equipo», señala una persona cercana a Miguel Anxo Fernández Lores.
El problema, quizás, sean los tiempos, es decir, si el caso Construcuatro puede llegar un poco diluido a la batalla final de mayo, los resultados del caso Naturgalia, retrasado por la inhibición de un magistrado que tenía lazos familiares con el Gobierno local, pueden conocerse en un momento decisivo, lo que amplificaría sus efectos. El BNG debe estar preparado para defenderse con ganas y datos. La experiencia de Touriño demuestra que considerarse por encima del bien y del mal no es un buen negocio. Sobre todo, antes de unas elecciones.

Las continuas lecciones de Teresa Casal a su partido y a los pontevedreses

Si lo que llevó al PSOE a cambiar de candidato a la Alcaldía de Pontevedra fue una encuesta, quizás un nuevo sondeo a día de hoy ofrecería resultados muy diferentes. Desde que Teresa Casal empezó a ser cuestionada y finalmente apartada de la carrera electoral, la aún portavoz socialista en Pontevedra no ha parado de dar lecciones tanto a su partido como a los pontevedreses. Primero, en una arranque de dignidad y cuando se materializaron los rumores de que el PSOE buscaba otro cabeza de lista, se hizo a un lado. Su partido ya había decidido prescindir de sus servicios, pero Casal se apartó con clase y sin hacer ruido. Después, mantuvo su trabajo en el Concello como si estuviese pensando en la reelección, asumiendo su labor como lo que es, un servicio público, cuando otro en su lugar habría dejado pasar las semanas hasta las elecciones. Por último, ha afrontado su cáncer de mama con valentía. Sin victimismos ni estridencias, pero con naturalidad, dando ejemplo a personas que pasan por situaciones similares.
Casal ha cometido errores, pero estos meses van a conseguir que su imagen salga muy reforzada tras su paso por el Concello. Lo ideal para Antón Louro sería aprovechar esa fortaleza en su favor, porque como la ciudadanía lo identifique como el enemigo de Casal, puede ver aumentados sus problemas.