domingo, 9 de mayo de 2010
Ceniza en el cielo
No se puede decir que esta vez la nube de ceniza del volcán islandés cogiera por sorpresa a las autoridades responsables del tráfico aéreo. Sabían que había un volcán, sabían que había una nube y sabían que había viento. Aún así, miles de personas se desayunaron ayer la noticia de apertura de los periódicos, algunos ya en el aeropuerto. Puede decirse que los resignados pasajeros que por ejemplo ayer esperaban en Peinador dieron una lección de civismo. A mí me parece que la cosa era para ponerse más farruco. La desorganización ha sido total. La sociedad merecía tener los datos en su mano para después decidir si compraba un billete o iba a lo seguro por otro medio. Quizás las autoridades no creyeron conveniente avisar porque casi nadie se habría arriesgado a viajar en avión. Claro. Vale más repartir el fastidio entre muchos que hacer perder dinero a las pobres compañías aéreas.
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