viernes, 26 de febrero de 2010

Lo raro

Zapatero exigió ayer la liberación de todos los presos políticos de Cuba. Era de esperar, dado que el día anterior, en la ONU, se había limitado a pedir que los Estados (así, en general, sin citar a nadie) respetasen la vida de los ciudadanos hasta el final. Lo raro habría sido que hubiese mantenido una cierta coherencia, pero así, teniendo claro todos que el presidente no sabe qué postura adoptar con respecto a Cuba y que una mañana se levanta con el traje de estadista y al otro con el de hombre bueno sin ganas de pelea, la cosa está más clara. Si llega a decir lo mismo los dos días, los desconcertados habríamos sido nosotros. Nos llegaríamos a preguntar, incluso, si realmente sabe cómo quiere liderar el intento de salir de la crisis, y eso habría sido el acabose, porque, en cualquier momento, podríamos pensar que tenemos un presidente que sabe cómo hacer de presidente.

martes, 23 de febrero de 2010

La entrevista completa a Telmo Martín

ÉSTA ES LA ENTREVISTA COMPLETA A TELMO MARTÍN PUBLICADA EN DIARIO DE PONTEVEDRA EL 14DE FEBRERO

Más de una semana después, no parece afectado por su desliz con los medios de comunicación, pero pisa con pies de plomo en cada pregunta que responde sobre el tema. Telmo Martín quiere pasar página y hablar del tráfico, Ence, el nuevo hospital... del proyecto que tiene pensado para Pontevedra y que dice que no se verá condicionado por la crisis.

Fue alcalde de Sanxenxo de 1999 a 2006. Se quedó a las puertas de la mayoría absoluta en Pontevedra en 2007. Ahora, a un año de las elecciones municipales, Telmo Martín (Meaño, 1958) ha sido cazado con un micrófono abierto. Llamó hijos de puta a los medios y el revuelo ha sido considerable.
Una semana difícil, ¿no?
A veces lo pasas mejor y a veces peor y ese fin de semana no fue de los mejores, pero bueno, tampoco pasa nada. La vida sigue.
¿Cuándo le dijeron que se oía el insulto a los periodistas?
Estaba en un acto en Vigo con el presidente. A las ocho y media o nueve de la noche.
¿Qué pensó?
Lo primero que pensé fue que no recordaba haber dicho aquello, sinceramente. Después, cuando la jefa de prensa me pasó la grabación... pues fue un error. No pasa nada. Hay que asumirlo y pedir disculpas, que creo que tenía que pedirlas, y punto. Son palabras inaceptables para una persona que está en la vida pública.
Fue un error, pero usted tenía ese pensamiento en la cabeza.
Yo no pienso eso. Era en términos coloquiales y una forma de hablar que no se debe emplear. Ya he pedido disculpas. Está zanjado.
¿Le llamó Feijóo?
Por supuesto, claro, y he hablado con él.
¿Y qué le dijo?
Me vio preocupado, me dijo que fue un error grave y que había que pedir disculpas. Yo ya lo iba a hacer y eso hice.
¿Se siente maltratado por los medios?
No, no. Para nada, para nada, para nada.
¿Qué cree que piensan los pontevedreses? ¿Opina que afectará a su imagen pública?
Es un tema independiente. Ya he pedido las disculpas por una cosa que ni siquiera está en mi cabeza, pero la he dicho, y punto. Yo no veo tampoco que tenga que esconderme de nadie.
¿Lo ve como un tema que afecta sólo a los medios, que no interesa a la gente?
Esas malas palabras tienen su repercusión, que es lo que ha pasado, pero tampoco hay que darles...
Sus apariciones en la prensa se han hecho más esporádicas en los últimos meses. ¿Por qué?
El futuro en la gestión, tanto en la pública como en la privada, pasa por los equipos. No hay futuro sin ellos. En Pontevedra tengo uno bien organizado y está dando sus frutos. Se está haciendo una oposición constructiva, con propuestas y fiscalización, que es lo que corresponde a la oposición.
Dentro de esa labor de oposición de la que habla, usted ha ido a gestionar proyectos directamente con la Xunta de Galicia. ¿Es ético que lo haga cuando usted no es el alcalde de Pontevedra?
Es que no es que solamente sea ético, es que debería ser una obligación de mucha gente que está en la oposición. Quien piense que sólo van a aprobar los proyectos los señores que están al frente de los gobiernos se equivoca. Le puedo garantizar que si soy alcalde de Pontevedra la oposición va a tener muchísimo protagonismo. Lo tengo clarísimo. No se puede desperdiciar a unas personas que quieren trabajar por el bien de un proyecto que es Pontevedra. Es incomprensible. Eso en Europa no pasa.
¿Le habría parecido bien que la oposición de Sanxenxo hubiese hecho lo mismo cuando usted era alcalde?
Encantado de la vida. Lo que me parecería mal a mí sería que se recibiese al jefe de la oposición y no se recibiese al alcalde.
¿Y qué le parece que no haya habido una reunión entre el delegado territorial de la Xunta y el alcalde de Pontevedra?
Eso habrá que preguntárselo al señor Lores. ¿Y qué le parece a usted que el alcalde de Pontevedra no me haya recibido a mí para hablar de temas importantes de consenso para Pontevedra después de habérselo pedido por carta varias veces? Eso sí que es grave.
Para algo están los plenos.
No. Yo le he pedido una reunión oficial. Debe recibir al jefe de la oposición si es que piensa en Pontevedra. Los primeros meses sí me recibió por temas de gobierno, pero después, para hablar de proyectos, no.
Se le ha acusado de tener un conflicto de intereses en los futuros juzgados de A Parda porque su empresa posee algunos de los terrenos afectados. ¿Qué tiene que decir?
Eso es una falacia. Es muy rastrero. No tengo ningún interés. El señor Telmo Martín es un señor que se presentó en las elecciones de 2007 con las cartas sobre la mesa y muy transparente. Decir que porque una empresa de la que soy socio tiene ahí 1.000 o 1.200 metros cuadrados... Ya lo he dicho: se habla con la empresa y se ceden; regalarlos no, se ceden por la vía que sea sin poner ninguna traba.
Pero si usted fuese alcalde tendría que comprarse los terrenos a sí mismo.
No, perdone. Está todo regulado y está todo en la ley. Uno no puede hacer lo que le da la gana. Cuando un político hace lo que no debe, los tribunales de justicia lo castigan. Todo esto no merece ni respuesta, se lo digo de corazón.
¿Quién cree que tiene el respaldo social en el conflicto del futuro hospital?
No hay ningún ciudadano en Pontevedra que piense que hacer una ampliación de un hospital es mejor que hacer un nuevo hospital.
Alguno habrá porque se ha convocado una manifestación. Alguien asistirá.
Son unos señores que trabajan con unas ideas partidistas. Se está haciendo uso de asociaciones que están ahí, pero que no comparten esas ideas. Lo que pasas es que a veces hay que salir en la foto. Eso no me preocupa para nada. Trabajamos para que Pontevedra tenga cuanto antes un nuevo hospital, y lo va a tener. En 2006 el señor Touriño anunció que va a invertir en Montecelo 120 millones de euros. Desde aquel momento dijimos que si había 120 millones de euros, era mejor hacer un hospital nuevo en otro sitio. Afortunadamente el PP ganó las elecciones de marzo y fue consecuente con lo que había dicho. Feijóo dijo que se invertirían 180 millones en un
nuevo hospital. Eso es lo importante.
Uno de los puntos de conflicto en este asunto es la financiación del edificio. Si se hace con fondos privados, ¿no podría ocurrir que la empresa constructora escamoteara inversiones para sacar más beneficio?
Eso es otra falacia y otra manera más de ser víctima del ‘no trabajo’. El bipartito no hizo nada por la sanidad pontevedresa en cuatro años, absoltamente nada. Segundo: el señor Zapatero hizo una ley en la que se aprobaba la compatibilización del capital público y el privado. Porque si no, es imposible. Lo hace Europa y lo hace todo el mundo. Lo que se hace, como en Vigo, es una concesión a 20 años y algunos servicios de esa obra son privados: seguridad, lavandería, cafetería..., servicios que en Montecelo ahora mismo ya están privatizados. Está todo regulado. Las grandes infraestructuras de este país se están haciendo todas así. Y eso no es privatizar la sanidad. La sanidad no se puede privatizar porque no lo permite la Constitución. Lo que se está haciendo es engañar a los pontevedreses y mezclando la gestión sanitaria (los médicos, los celadores, los enfermeros...) con lo que es la obra, el parking o la seguridad.
Pero sí hay hospitales en los que la gestión también es privada. ¿Se plantea eso aquí?
Bajo ningún concepto. Lo ha dicho el presidente de la Xunta por activa y por pasiva. Y sobre la obra voy a decir una cosa: le habría que preguntar a los señores del Gobierno de Pontevedra que por qué han dado una concesión de 50 años al parking de la plaza de España y no lo explota el Concello, a ver cuánto recauda el Concello. ¿Por qué tiene el agua una empresa privada? ¿Y la limpieza viaria? ¿Por que privatizan los servicios? Porque es el futuro. Pero la sanidad no se puede privatizar.
¿Ha desplazado la sanidad al tráfico como el tema prioritario de Pontevedra?
Los dos son problemas muy importantes, pero la sanidad es a más largo plazo. El tráfico se podría arreglar en tres meses o cuatro. Tiene mucha más fácil solución.
Tres meses... Usted cuando estuvo en Sanxenxo no consiguió sacar adelante la ronda.
El tema de la ronda no era para solucionar el tema del tráfico al momento. Era para buscar una alternativa para cruzar el centro de Sanxenxo por el crecimiento que iba a tener y de cara a los meses de verano. Era una planificación de futuro y, si no se hace, en el futuro se pagarán las consecuencias. Fue una decisión política de los señores de la Xunta, que quisieron tumbar una competencia municipal.
Eso es lo que está haciendo la Xunta ahora con el hospital: decirle a Pontevedra lo que tiene que hacer, dónde tiene que constuir su hospital.
Pero es que el hospital de Pontevedra tiene que dar servicio no sólo a Pontevedra sino a todo el área sanitaria, que son 21 concellos. Por eso se hace la supramunicipalidad.
Si se crea el hospital en Monte Carrasco y su idea de trasladar Ence a Marcón sale adelante, se encontrarán muy cerca el uno del otro.
Eso no es un problema, siempre y cuando el parque teconológico del papel que propusimos en los montes de Marcón y Bora no sea como la fábrica actual. Me gustaría que la gente pudiese viajar al norte y al centro de Europa para que vieran dónde están las fábricas, peores que ésta. La Ence actual tiene tres problemas: el impacto paisajístico, el olor y el saneamiento. Una fábrica nueva no los tendría.

La subestación de Vilalonga

A Vilalonga le prometieron un parque empresarial. Fue una de las bazas de Telmo Martín para auparse a la Alcaldía de Sanxenxo en 1999. El Concello dijo que quería el polígono y el pueblo quería el polígono, pero el polígono voló a Nantes. Tranquilos, procuró calmar el alcalde, haremos una carretera que enlazará directamente Vilalonga con Nantes. Y las aguas se relajaron un poco, aunque del vial no se ha puesto ni una piedra.
Puestos a quitarles cosas, los vecinos de Vilalonga querían ahora que les quitaran la subestación eléctrica que tienen en medio de la calle principal. La Xunta no ha hecho gran cosa hasta ahora. Ayer, el conselleiro de Industria prometió eliminar el mamotreto cuando se construya una subestación nueva en Nantes. Si es sólo una promesa con la vista puesta en las municipales, mal negocio. Vilalonga ha ido acumulando muescas de olvidos anteriores. Tantos, que no parece dispuesto a pasar ni una más.

lunes, 22 de febrero de 2010

La Copa del Rey


Si en España existiese una Ley antimonopolio efectiva, alguien con autoridad habría actuado hace tiempo contra el Barcelona de baloncesto, el equipo de la calidad infinita que sabe a qué juega. Con pasos de ballet no se ganan títulos, aunque queden bien en televisión. Hay mucho más aparte de lo evidente, de la fantasía que envuelve a Ricky en su dominio de los partidos; de la facilidad con la que Navarro busca el camino hacia el aro entre guerreros; de la clase de Pete Mickeal anotando sin despeinarse; de los recursos de Lorbek, infinitos como sus pivotes de bailarín; de la superioridad de Fran Vázquez, un gigante que por fin sabe que es gigante. Hay trabajo de pico y pala, pam, pam, pam, sudando en la mina. Así, la máquina funciona, está engrasada, no hay problemas en el motor. Para ellos lo fácil es anotar, pero su trabajo empieza atrás, pegando el culo al suelo en defensa, ofreciendo ayudas una y otra vez, dicendo ‘ey, estamos aquí’, a sus hermanos del fútbol, que lo ganaron todo. Para los que crecimos saltando con las canastas de Epi, Norris y Solozábal y acabamos descreídos de la fe en unos colores que quedaban lejos, muy lejos, disfrutar de este equipo es lo mismo que asistir a una noche memorable en la ópera, con tenores interpretando como estrellas mundiales y vestidos con unos trajes de época que cubrían, sin esconderlo, sencillos monos de obrero.