domingo, 31 de mayo de 2015

90 minuti en Pasarón


No recuerdo mucho de las pachangas en los recreos del colegio. Solo un par de detalles imposibles de formatear. Por ejemplo, que se jugaban cuatro o cinco partidos a la vez, que las reglas se simplificaron mucho cuando decidimos que no importaba que los integrantes de otros duelos se entrometieran en una jugada y que un día alguien cortó las redes recién estrenadas en las porterías. No almacené en mi egoteca ningún gol propio, seguramente porque no marqué demasiados. Pero sí tengo grabada una jugada que hice en la que regateé cuatro veces al mismo rival, como Onésimo en Zorrilla, antes de perder el balón sin haber avanzado más que medio metro. La estética de la posesión y esas fábulas, ustedes ya saben.

En todo ese maremágnum confuso de riñas, decepciones y gloria de cinco minutos, archivé dos escenas que me sirvieron para la vida adulta. La primera, producto de la liga que jugamos en 5º de EGB. Don Pepe, que era nuestro profesor y un tipo exigente, decidió que la clase se distribuyese en dos equipos y que cimentásemos una rivalidad y un afán competitivo a lo largo de todo el curso. Eligió dos capitanes y estos fueron seleccionando jugadores. El problema radicaba en que uno de los capitanes era un repetidor que no conocía las virtudes futbolísticas de cada uno. Elegía tan mal que parecía una broma, el Madrid en el mercado de invierno. Todos los buenos se colocaron en el mismo sitio. Yo, claro, me fui con el repetidor.

Cuando ganamos el primer partido, todo se atribuyó a una casualidad, menudo chiste para empezar. A la séptima victoria sin fallo, what the fuck, la liga parecía un programa de cámara oculta para vacilar a los gallitos. Cogimos tanta ventaja que casi amarramos el título antes de que acabara la primera evaluación. Lección número uno: no se gana sin bajar del autobús, el exceso de confianza es peligroso, los partidos duran 90 minutos, el fútbol es así y no hay rival pequeño.

La otra imagen corresponde a una pachanga contra la clase de al lado. 5º C contra 5ª B. La caña. Barras bravas en las gradas. Be, erre, a, uve, o, braaaaaavo. Guillermo, capullo, queremos un hijo tuyo. Lo típico. Vi, con once años, cómo un defensa rival suplicaba al portero que no le pasase el balón. “A mí no, a mí no”. Aún hoy me impresiona la determinación de aquel niño en no formar parte de la jugada, en lo poco que disfrutaba del pasatiempo general. La huida del papel estrella, un also starring en potencia. Lección número dos: el exceso de responsabilidad puede asfixiarte, hay que conocer las propias limitaciones y, Manolete, si no sabes torear pa’ qué te metes.

Son lecciones importantes, no se crean. Casi diría que vitales. Pensaba en todo eso mientras leía la entrevista que este periódico publicó el jueves con Luisito antes del partido de hoy en Pontevedra. El titular, “90 minutos en Pasarón dan para moito”, era una especie de sucedáneo del espíritu de Juanito en las noches europeas del Madrid, pero sin italianismos y con acento de Teo. De Luisito hay cosas que me atraen y otras que no. Hoy hablaremos de las que sí: no le gustan las tonterías, sabe que el fútbol no es un juego de esgrima sino de espada entre los dientes y advierte, en lo que a mí me ha parecido apreciar un destello de admiración, que el Mensajero es un equipo “perro” y con oficio. Lo diré de otra manera: es la hora de los valientes, de los que saben de qué va todo esto. Tenemos a Carnero, a Tubo y a Fran Fandiño. Pero lo importante no es eso. Es otra cosa. Un compromiso colectivo que debemos interiorizar desde ya: hoy seremos más perros, tendremos más oficio y jugaremos al futbol mejor que el rival, que no es lo mismo que dar veinte pases antes de tirar a portería. Hay equipo y hay entrenador. Un tipo, como Luis Aragonés, que tiene el culo pelado de vivir agonías como ésta. Para llevar el autobús del Pontevedra por una carretera llena de curvas y de francotiradores, con un peligroso 1-0 que remontar, siempre es importante contar con alguien como Luisito. El colmillo retorcido se antoja imprescindible en OK Corral. Traducido: un hombre con unos surcos en la cara que parecen el rastro de un arado siempre es de fiar en estos trances. 90 minuti en Pasarón, ya saben, son molto longo. No hay que esconderse. Y eso, queridos amigos, incluidos los de Preferencia, los de los fondos y hasta los que verán el partido por el televisor, también es cosa nuestra.

martes, 19 de mayo de 2015

Vivir de un sueño

¿SE PUEDE vivir de un sueño? ¿Se puede disfrutar del trabajo más allá de la teoría, de los consejos de los libros de autoayuda y de lo que dice el sentido común con la boca pequeña? La respuesta a las dos preguntas es sí, pero si ustedes se sienten engañados por esta dosis de palabrería barata pueden ir a reclamar a un local de la avenida de Vigo , más o menos frente al Galicia Palace , allí donde reina Guillermo Moldes.

Su local fue hasta hace poco una exquisita tienda de decoración (...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/blog/391766/vivir-de-un-sueno

lunes, 11 de mayo de 2015

Fred Astaire bailaba en la banda

TIENE UN FÍSICO que se ha quedado a caballo entre Alfredo di Stefano y Fred Astaire , como si en cualquier momento fuese a cantar el alirón con una melodía de los 50, y es la antítesis de tantas cosas que uno no sabe ni por dónde empezar la contraportada. Lo observé con deleite durante los partidos contra el Valladolid y el Barcelona B . Y me quedé con lo importante. El liderazgo desde la calma, la motivación de los jugadores mirándolos a los ojos con tranquilidad y sin levantar la voz más que lo necesario, la síntesis del epitafio que cualquier jefe debería colgar de la pantalla de su ordenador: quiero argumentos, no cojones.

Tenían que haberlo visto la tarde en que el ascenso se quedó en un gatillazo o, más bien, en un coitus interruptus que se culminó el domingo por la mañana en la cancha del Octavio. (...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/blog/387802/fred-astaire-danzaba-en-la-banda

domingo, 3 de mayo de 2015

Maneras de vivir

El amor por la música se observa en pequeños detalles. Por ejemplo en el proceso previo a la realización de la imagen que ilustra este texto. Juan , Rodrigo y Xito afinan sus instrumentos antes de sentarse frente al fotógrafo, como si fuesen a tocar en Wembley, o en la plaza de Méndez Núñez, que es donde estamos, junto a La Gramola, antiguo Universo, territorio conocido, escenario habitual, hierba que ya se pisó. Y no es una pose: es un síntoma. Lo entenderán ustedes muy pronto.
Ellos son la formación habitual de Operación Guateque, la banda de amigos que en realidad es una emisora andante, una mezcla de 40 principales, Rock FM, M80 y Cadena Dial. (...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/blog/384130/maneras-de-vivir

viernes, 1 de mayo de 2015

Ence, una negociación muy encarrilada

La continuidad de Ence en Lourizán sigue sumando muescas favorables. Tras los anuncios de ayer, este es el panorama general:
1. ¿En qué ha cambiado la situación de Ence?
Lo que ayer se representó en Madrid fue la primera comparecencia pública de los responsables de Ence en la que se dibuja un panorama optimista sobre su permanencia en Pontevedra. Hasta ahora, todo habían sido advertencias sobre la posibilidad, real por otra parte, de que la empresa hiciese las maletas ante las dificultades encontradas por el camino. Ya no. El cambio en la Ley de Costas y la variación de la estrategia dentro del PPdeG, en estos momentos favorable a la continuidad en Lourizán, han supuesto los dos hitos más importantes para que el futuro de la empresa se haya despejado.
(...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/noticia/382847/analisis-una-negociacion-muy-encarrilada