Tengo una manía que es una deformación profesional irremediable: si veo a alguien leyendo un periódico, me siento obligado a observarlo, como si fuese un mirón: qué le interesa, dónde se para, qué capta su atención. ¿Lee las esquelas? ¿Los deportes? ¿Los sucesos? ¿La página que escribí yo? ¿El Gente a Diario? Lo hago regular, es cierto, soy un Inspector Gadget de pacotilla, así que no sé cómo definir mis investigaciones: si como un análisis a pie de campo sobre los gustos del consumidor o como una encuesta mínima sin ningún tipo de conclusión científica, algo made in ‘feita na casa’. No me machaquen, hagan el favor. A otros les da por estar con el móvil todo el día, chiqui-chiqui con el wasap. Lo mío es algo inocente, de voyeur casto. No hago daño a nadie.
Ahora es cuando ustedes (...)