Primero empezó como un carril bici. En pleno centro. Loureiro Crespo nada menos. Un símbolo más del modelo de ciudad de Pontevedra y, al mismo tiempo, un incentivo para utilizar aquel servicio de alquiler de bicicletas que duró menos que una tapa de pulpo en Fidel. (...).
http://diariodepontevedra.galiciae.com/nova/147389.html
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