Ana, Tamara y el esperpento

Todo es política, decía la semana pasada Marisa Aguín, la eterna concejala nacionalista de Sanxenxo. Hasta cuando respiramos, fíjese, porque estamos inhalando aire con un cierto nivel de contaminación y eso es consecuencia de una postura determinada. Todo es política, claro que sí, pero usted, amigo, usted no debe meterse en política. Lo mejor es quedarse al margen. Puede despotricar desde el sofá o desde la barra del bar, pero no se mueva ni un milímetro más allá, porque si se posiciona usted, si se involucra, va a arrepentirse durante mucho tiempo.
Ahí tiene a Tamara y a Ana, las dos trabajadoras de las piscinas de Campolongo (...)

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