martes, 14 de abril de 2015

Vivir en una isla

SI EL OBSERVADOR pudiese aislar ese trocito de tierra, ese solar en potencia, esa casa con huerta, y hacer una fotografía, podría pensar que la imagen corresponde a una propiedad perdida enPonte Caldelas. O en Forcarei. O en Marín. Porque Pontevedra no entiende de rascacielos, pero tampoco de huertas urbanas, sobre todo si esas huertas tienen dos detalles únicos: un mirador en lo alto desde el que contemplar el trabajo con el azadón, surco aquí, surco allá; y dos viales, un camino y una rotonda que asedian la casa como si fuese el fuerte de El Álamo. Esto, señores, es lo más parecido a vivir en una isla que van a encontrar en Pontevedra. (...)

http://diariodepontevedra.galiciae.com/blog/375694/vivir-en-una-isla

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