sábado, 14 de agosto de 2010

Pequeños pasos tras Fornelos

Los cambios en las conductas sociales se consiguen poco a poco, a un ritmo lento. Pirómanos aparte, aún hoy no se ve con malos ojos a los imprudentes a los que se le escapa una quema no autorizada y provocan un incendio de consecuencias impredecibles. Ocurría lo mismo hace años con los conductores que se subían borrachos a sus coches y ponían en riesgo la vida de los demás. Ahora son casi considerados como unos delincuentes en potencia porque Galicia está cansada de ir a entierros de jóvenes que vuelven de marcha y se empotran contra una casa y, también, de padres de familia que se tajan en las comidas y piensan que no pasa nada por ponerse al volante. Dentro de un tiempo, los inconscientes que queman rastrojos con el sol cayendo a puñetazos serán señalados con el dedo. Hoy se les ve como ‘pobriños’ con mala suerte. Y no lo son. Son también delincuentes.

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