Esperar

Creo que el mejor momento de una comida es cuando la preparas, que lo ideal de una fiesta es pensar en ella, que el culmen de unas vacaciones es montar en el coche al arrancar. En la espera está el disfrute. Por ejemplo, apuro las páginas de ‘Ghicho distinto’, la biografía de Antón Reixa, sabiendo que lo mejor está al acabar, cuando empiece un tocho sobre la Segunda Guerra Mundial que me tiene embobado desde que lo vi. Podría dejar a un lado a Reixa, pero aguantar ese instante en el que todo está por pasar, ampliarlo, es lo que da sentido a la vida. No creo que los jóvenes de hoy estén acostumbrados a esperar. Todo se tiene ya. Se compra por internet. O se baja, ni siquiera hace falta ahorrar. Puede que sea algo generacional, de pertenecer a los que posiblemente fuimos los últimos que escribimos cartas de amor. Y esperar allí, junto al buzón, el tiempo en el que podrían llegar un millón de WhatsApps.