sábado, 20 de septiembre de 2014

Batallas ganadas

Acostumbrados como estábamos a que las noticias relacionadas con el papel se dirigiesen directamente a la sección de necrológicas, Pontevedra nos sorprendió este septiembre con la inauguración de una librería. Nobel se llama, en la calle Cobián Rofignac. Cómo sería la cosa de extraordinaria que los clientes potenciales recibieron globos en Benito Corbal y hasta el alcalde Lores asistió a la inauguración. Ahora se rumorea que van a venir expertos en Historia Antigua para estudiar el fenómeno, pero en realidad está descartado: en este caso, como en muchos otros, la ciudad va a contracorriente de la mayoría.
Me van a permitir que elabore mi teoría sobre este maravilloso anacronismo: la culpa la tiene Cronopios. (...)
 

2 comentarios:

  1. Excelente articulo/editorial (o lo que sea) como siempre (o casi siempre porque cuando te metes en politica ya no me gusta tanto, luces menos).
    Cuando lo lei me acorde de las horas pasadas en la libreria michelena; el encanto de esa libreria era que te podias perder ya que pasabas hasta el fondo y ya nadie te veia, estabas alejado de todo, de los dependientes (que de todas formas siempre te dejaban campar a tu gusto), de la actualidad (al fondo estaban los libros de historia, filosofia y muchos mas pero siempre alejados de los best seller) y de todo. Tanto es asi que incluso si llegabas al fondo de todo pasabas a otra calle y te asomabas por la ventana a la plaza de Curros Enriquez.
    Pero Michelena cerro y nos dejo huerfanos y tuvimos buscar otros amores y ahi es cuando descubri la Libreria Paz que con otro estilo tambien te acoge y te permite deambular sin rumbo y perderte en el comic y la literatura.
    Tambien descubrimos nuevos amores como Cronopios que en un espacio reducido ha logrado concentrar un gran encanto incluyendo a sus esplendidas libreras.
    En este tiempo tambien han surgido otros escarceos que tu mencionas en tu articulo (tan solo echo en falta El Pueblo) pero el primer amor sigue siendo un recuerdo imborrable.
    Gracias por este articulo

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  2. Yo me pasé a Cronopios antes de que cerrara Michelena, que fue mi primer amor en la ciudad. Me gustan la amabilidad en el trato y la simpatía. Michelena tenía un encanto especial porque adoro las librerías con un fondo amplio, en las que no solo hay novedades, pero no se puede decir que sus libreros fueran excesivamente simpáticos y eso acabó por hacerme cambiar de gustos.
    Sobre Pueblo diré una cosa. El jueves por la noche estaba en la cama pensando en el artículo que saldría a la mañana siguiente cuando me vino a la cabeza el lapsus: me había olvidado de Pueblo, una de las librerías más emblemáticas. Ojalá sus responsables no se hayan cabreado demasiado. Y espero que tampoco lo haya hecho el dueño de Cinania, la librería de segunda mano que hay en la calle Fernando II y que cubre un nicho de mercado no explotado.
    De Cronopios sobre todo me gusta la amabilidad de las libreras y su luz, además del hecho de que se lo curran, con sus escaparates y sus actividades, y que todo eso haya modificado la mentalidad de los otros establecimientos. Paz es un ejemplo. Combina presentaciones y actividades con ventas para un público por un lado fiel y por otro específico por el cómic. Ahora llega Nobel, que también va por esos caminos. Lo dicho: bienvenida sea la competencia.

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