martes, 29 de junio de 2010

El partido

Fue un partido sin brillo, jugado otra vez como si nos hubiesen bajado diez kilómetros por hora la velocidad, al menos mientras estuvo sobre el campo el hermano gemelo del Torres que juega en el Liverpool. Se parecen mucho, pero no son iguales. El nuestro sale de una lesión y es la mitad de rápido, la mitad de listo. Cuando apareció Llorente y Villa se acercó al área, que es su habitat, el lugar donde conoce hasta las tonalidades de la hierba, todo cambió y se el juego hizo más fácil, claro que para entonces ya iban sesenta minutos de partido. Pero nadie dijo que en los Mundiales se avanzase con la gorra y menos cuando en octavos hay que sacar las pistolas en el saloon y el rival es Portugal. El final se acercó al fútbol de galería con el que se ganó la Eurocopa. Digo que se acercó. Sin Senna, ese tipo que era como una pared, sufrimos hasta que el árbitro dijo que ya estaba bien de poner a prueba nuestro corazón.

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