sábado, 21 de junio de 2014

Algo más que ganar

Este artículo habla de baloncesto pero no habla de baloncesto. Lo sé: empezamos bien. La excusa es lo ocurrido esta semana en Pontevedra y Cambados con el Campeonato de España Infantil y lo sucedido también hace poco con el Campeonato de España Júnior que tuvo su epicentro en Marín. Pero el tema es otro. 
Esos dos torneos de los que hablo acogen a clubes de élite. No sé dónde colocan sus equipos de categorías inferiores la línea entre formar y ganar, si es que para ellos existe esa línea. Para mí existe, sobre todo a determinadas edades. Lo tuve muy claro cuando era un chaval y empecé a aporrear los tableros a pedradas. Eso ocurrió en Ribadeo el siglo pasado, y atiendan bien, porque esta historia que les voy a contar tiene un protagonista que ustedes no conocen: Manuel Fernández, Manolo el del Ribanzo. No es de Pontevedra, pero sean buenos, denme un voto de confianza y sigan leyendo.
Yo empecé a jugar al baloncesto en séptimo de EGB, bajo el amparo del boom de la plata en Los Ángeles, Magic Johnson, Larry Bird y mi hermano mayor. Debería haber sido infantil de primer año, pero aunque Ribadeo tenía un club potente, no había equipo de infantiles, así que debuté en cadetes dos cursos antes de lo previsto. En el primer partido me prestaron una camiseta que me quedaba tan larga que me pusieron unos lazos en las sisas para acortarla. Los rivales me llamaban Pulgarcito. (...)
 

2 comentarios:

  1. Excelente articulo en el que hilvanas a la perfección una vivencia personal con una enseñanza vital.

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  2. Las historias con Manolo, los pequeños episodios que van forjando tu carácter, darían para escribir un libro

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